Parténope era una mujer muy hermosa, pero Afrodita la transformó en sirena.
La
leyenda cuenta que Odiseo, al adentrarse en zona de sirenas, ordenó a
sus tripulantes --según consejo de Circe-- que se taparan los oídos con
cera para evitar su influjo. Él no se los tapó para poder deleitarse con sus canciones, pero pidió a su tripulación que le ataran al mástil. Parténope, al no conseguir seducir a Odiseo con sus canciones, se lanzó al mar y se ahogó. Las olas la arrastraron hasta la orilla de la playa, donde la enterraron con múltiples honores.